Friday, October 25, 2013

Segundo Taller Entrenamiento en Bioética para miembros de CEUCA – UVG



Segundo Taller Entrenamiento en Bioética para miembros de CEUCA – UVG


Instrucciones: A continuación encontrará 4 secciones del taller de actualización y entrenamiento en bioética para miembros del CEUCA – UVG.  Lea las primeras 3 secciones y al finalizar encontrará en la sección # 4, tres preguntas de análisis que deberá contestar y enviar via email a la coordinación del comité.
  

I.              Introducción al tema de experimentación animal y bioética

El uso de animales en la experimentación y en la docencia tiene un impacto de importancia para la vida humana.  El beneficio obtenido de las experimentaciones con animales ha brindado y brinda ayuda a mejorar notablemente el bienestar humano e incluso el de los animales.  Si el uso de animales en la investigación no se hubiera podido lograr un avance significativo en el conocimiento de la biología para la realización posterior de diagnósticos y tratamientos que han impactado en la calidad de vida de las poblaciones humanas.  Es por eso que la experimentación debe tratarse haciendo énfasis en las bases morales - filosóficas que rigen la experimentación, teniendo en cuenta la propia etología animal.
Estas son específicamente las siguientes:

1.     Autonomía: Se refiere a  la libertad de actuar sin interferencias externas que controlen o coaccionen la elección. Hace énfasis en la consideración del individuo como fin en sí mismo digno de respeto y libertad.

2.     Beneficencia: supone la obligación de actuar a beneficio de otros. Sin embargo,  la beneficencia intenta hacer el bien a los demás en sus necesidades siempre que ellos lo pidan o acepten.  Los principios de la beneficencia y la autonomía son inseparables ya que no se puede hacer el bien al otro al actuar contra su voluntad, aunque estemos obligados moralmente a no hacerle daño. 

3.     Justicia: consiste en el reparto equitativo de los beneficios y cargas en el ámbito del bienestar vital evitando la discriminación al acceso en temas de salud y recursos.  Este principio pone límites sobre la autonomía ya que supone que no se atente contra la vida ni los derechos de los demás.


4.     No maleficencia: se refiere al respeto de la integridad física y psicológica de los estudiados. Es de relevancia en la ciencia ya que muchas técnicas pueden acarrear daños, riesgos y efectos secundarios, por lo que suscita una evaluación profunda del costo-beneficio.


Debido a que al hablar de animales estamos incluyendo la relación del investigador con los mismos, debemos incluir también los siguientes:

1.     Responsabilidad: incide en las acciones y omisiones del investigador en cuanto a sus obligaciones con el estudio y sus participantes.

2.     Precaución: incluye la bioseguridad del investigador, los sujetos de estudio (animales y humanos) así como el medio ambiente.

Con lo anterior en mente, se han descrito una serie de normas y reglamentaciones que se basan en fundamentación teórica y científica. Es así como gracias a los comités de ética para la experimentación con animales, se vienen realizando esfuerzos específicos para asegurar el uso adecuado y responsable de animales para fines de investigación y docencia.  Sin embargo, hace falta un buen camino por recorrer en materia de asegurar el trato bioético de los animales en nuestro país (así como en muchos otros). 

La discusión permanente dentro la ciencia y la ética suscitan polémica en cuanto a la experimentación con animales ya que es una práctica frecuente en la praxis científica.  La postura de los investigadores que defienden el uso de animales se basa en el hecho de considerar a los animales cruciales para el desarrollo de la ciencia aplicada, mientras que la postura de los activistas de los derechos animales reclaman que es una práctica cruel que debería ser evitada.  No podemos dejar de tomar en cuenta que ha sido gracias al trabajo de algunos activistas por los derechos animales que se ha sacado a discusión el problema ético que significa someter animales a la voluntad humana, quitándoles la libertad (o la autonomía).  Esto directamente invita a la ciencia a revisar su relación con la ética pues tal y como la práctica científica se interesa por la relevancia moral de las personas que participan en la investigación, así mismo una gran parte de los miembros de la sociedad desea discutir la consideración para con los animales como seres moralmente relevantes que necesitan de una justificada protección frente a práctica científica. 
Aunque no existen estadísticas claras, pues sólo unos países como El Reino Unido, Estados Unidos y Alemania publican cifras oficiales, se estima que son más de 150 millones de animales son usados para la experimentación alrededor de los laboratorios del mundo.  En la anterior cifra, no se toman en cuenta los animales que son reproducidos en bioterios y son sacrificados como excedente de la producción. 

Regresando a la polémica del rechazo a la experimentación con animales, los grupos que lo hacen se motivan debido a la cantidad de animales usados y a la falta de protección que existe para con los mismos en muchos lugares del mundo.  La experimentación más rechazada por el público en general es el uso de animales en la industria cosmética al ser considerado injusto por algunos el que animales mueran o sean sujetos a metodologías de experimentación por satisfacer frivolidades humanas.  El apoyo a la experimentación y el rechazo a los argumentos de los activistas aumentan cuando se trata el tema de la experimentación para el desarrollo de curas o técnicas médicas que aseguren la salud humana y pública.  En esta área el punto más común para apoyar el uso de animales se ha basado en la consideración del fin superior del ser humano que requiere el sacrificio de seres “inferiores” para prolongar su vida o salud.  Así mismo se basa en el alegato que los animales pueden tratarse de manera “humanitaria” para conseguir nuevos tratamientos, nuevos medicamentos, nuevas técnicas quirúrgicas, entre otros.  Esta polémica está estrechamente relacionada con la concepción de la naturaleza animal y la relación de la misma con la existencia humana en el planeta.  

El ser humano ha utilizado a la naturaleza como fuente de recursos para su subsistencia por lo que la naturaleza para el ser humano posee valor instrumental, ecológico y económico.  Gracias al desarrollo de la agricultura y la ganadería, se ha permitido alimentar a más personas; y gracias a la los adelantos sanitarios se han permitido el aumento en la expectativa de vida. Lo anterior trajo como consecuencia deseada un inevitable  incremento en la población humana. Este aumento en número y densidad de  población, hace que la naturaleza se vea cada vez más exigida por lo que toma relevancia el debate ético sobre las implicaciones de la experimentación con animales en virtud al incremento del conocimiento científico y técnico.


II.             Historia del uso de animales en la experimentación y la docencia


La cultura griega regía su consideración a la relación humano - animal  en base a la concepción aristotélica de las tres almas o Psiqué, en donde lo que mantiene a los seres vivos y les permite realizar sus funciones vitales.  Los animales, vegetales y el humano son  considerados poseedores de un alma “vegetativa” que es la encargada de efectuar las funciones básicas de cada uno. Además se consideraba que sólo los humanos y los animales poseen un alma “sensitiva” que les hace capaces de captar estímulos y reaccionar a los mismos.  La vital diferencia entonces,  es la consideración que el hombre posee un alma “racional” que nos permite la comunicación en lenguaje articulado y ser racionales como únicos poseedores de inteligencia e imaginación.  Por esta razón y como animales eran considerados como no poseedores de razón,  son considerados “inferiores”  y  esto le otorga al ser humano el derecho de considerarlos como meros instrumentos para sus fines.  Lo anterior era considerado para los esclavos y las mujeres ya que  también se agrupaban en la categorización animal por considerarse que carecían de razón y de esta manera no era objetada su consideración y su tratamiento como medios para los fines de los hombres ciudadanos libres.  

Más tarde en la historia de la humanidad, las tradiciones judaica y cristiana siguieron la misma línea aristotélica que confiere a los seres humanos el estatus de superiores por ser creados a la imagen y semejanza de Dios, otorgándoles un papel dominante sobre la naturaleza. 

Fue en el S. XVI cuando Descartes en su Discurso del Método (1637) considera a los animales y al cuerpo humano como una especie de máquina que se asemeja en funcionamiento a las creadas por el hombre.  Para Descartes lo que realmente separa al hombre de los animales es la mente que le permite al ser humano pensar, hablar, crear, experimentar placer y dolor, poseer moralidad y libertad.  Luego en el S. XVII los científicos brindaron por medio de las vivisecciones notables avances en el conocimiento de la fisiología y la anatomía. Debido a que se consideraba a los animales (carentes de mente) como máquinas carentes de sentimientos, no era considerado que los mismos pudieran sentir dolor. Lo anterior, aunado al hecho de la superioridad del ser humano sobre os animales causa que se usen una gran cantidad de animales en la experimentación y la docencia.  A partir del siglo XVII el modelo cartesiano es apoyado por el racionalismo de Kant que define al hombre como el único fin en sí mismo y a los animales como medios para obtener sus objetivos. Para Kant, el ser humano solamente tiene obligaciones morales hacia los animales por mero reflejo de su calidad moral.  Luego de la aparición de las teorías evolutivas darwinianas, Bentham y Hume separadamente, argumentaron racionalmente a favor de la consideración igualitaria de los animales en cuanto a su capacidad de sentir dolor y a que las emociones pertenecen a un tipo de mente que no es exclusivamente humana.  Con esto empieza a considerarse el “sentir” como parte de la capacidad de “sufrir” y por esta misma capacidad, el ser humano puede “sentir” empatía hacia las situaciones de otros seres vivos.  

Al analizar la situación con premisas de base evolucionista, los animales sufren de forma evidente al ser sometidos a situaciones de estrés como la sujeción, el manejo, el hacinamiento y demás situaciones que no les permita desarrollar sus actividades normales de la especie.   

En EEUU y el Reino unido durante los años 1800 se empiezan a formar las primeras organizaciones anti-vivisección solicitando la prohibición de la práctica por ser considerada cruel y se continúan hasta la fecha las peticiones para el reemplazo de los animales como “objetos” para el estudio científico.  Es así como en el siglo XX y con el uso de adelantos en la anestesia, surgen nuevos planteamientos sobre el BIENESTAR animal que nos perite distinguir los actos benéficos maléficos hacia los animales y sobre los DERECHOS de los animales que les confieren algunos análogos a los de primera generación como el derecho a la vida y al no ser maltratados o torturados. 



III.            Las 6 “R´s” de la experimentación con animales 


Después de empezar la agitada discusión pública sobre la bioética en el uso de animales en la experimentación,  los primeros en hacer una reflexión ética fueron los británicos William Russel (zoólogo)  y Rex Burch (microbiólogo) quienes en 1959 publicaron “The Principles of Humane experimental Technique” en donde proponen las hasta hoy usadas “3 R´s” de la experimentación con animales: 

1.     Reducción de animales utilizados en la investigación.
2.     Reemplazo de animales en pruebas experimentales por otras técnicas o métodos que no los utilicen.
3.     Refinamiento de técnicas para la manipulación y experimentación con animales.

Actualmente en los comités institucionales de cuidado animal (IACUC),  incluyen o sugieren de una u otra manera a otra otras 3 “R´s”: 

4.     Relevancia  técnica y científica de los experimentos que usan animales.
5.     Redundancia: evitar la repetición de técnicas y experimentos que usen animales. Acá se hace importante la publicación que permita la divulgación de resultados para evitar la injustificada o innecesaria redundancia en las investigaciones y sus resultados 
6.     Regulaciones: El seguimiento de las regulaciones nacionales, internacionales e institucionales en materia a uso y cuidado animal. 

Estas 6 “R´s” que rigen la experimentación con animales, conforman un avance significativo en las condiciones en las cuales se utilizan animales en los laboratorios, la experimentación y la docencia universitaria. 


IV.            Problemas éticos con la experimentación con animales 


El seguimiento cuidadoso de las 6 “R´s” mencionadas anteriormente, indudablemente suscita una mejora en las condiciones de alojamiento, enjaulamiento, manejo del estrés y el dolor, consideración de etología de la especie, la alimentación y demás aspectos que involucran el uso de animales.  

La participación de los animales en la experimentación, existe porque el ser humano se adjudica un valor moral superior que le autoriza el uso de otros seres vivos para sus propósitos. La ciencia actúa desde siempre con una perspectiva antropocéntrica que valora a los animales como instrumentos al servicio de una causa superior que asegure el mejoramiento continuo de la vida y del bienestar de los mismos seres vivos. 

Sabemos desde el principio que la práctica científica NO es axiológicamente neutral ya que toma partido por el ser humano, por lo que la se abre una pregunta crucial para la ética con el uso de animales: ¿Es el uso de animales moralmente legítimo en el caso de la experimentación?  El hecho de saber que existe la capacidad de experimentar dolor y sufrimiento por parte de los animales, nos otorga la obligación de no hacerlos sufrir o de disminuir su sufrimiento.  Con esto se abre un punto fundamental para examinar la discriminación que la ciencia hace de los animales: el consentimiento de los participantes en una investigación.  Cuando se realizan pruebas con seres humanos se hace necesario el consentimiento informado y cunado tratamos de animales simplemente los obligamos… Parece absurdo hablar de “consentimiento animal” ya que los mismos carecen de lenguaje y de una capacidad intelectual que les permita entender el experimento, evaluar su beneficio y riesgo, así como el de manifestar su interés por participar en el mismo. 

El filósofo moral Steve Saponitzis (1987) considera que en los animales existe y es expreso un interés por participar en una investigación ya que en casi el 100% de los casos, los mismos indican una negativa que puede interpretarse en base a sus comportamientos de reacción o de rechazo a la sujeción y al manejo en general. Para Sapontzis los animales comúnmente expresan su voluntad ya sea por medio de la vocalización, gimiendo, deprimiéndose, auto mutilándose, etc. Por lo que su voluntad  está expresada en base a sus intereses básicos de no sufrir dolor o estrés, por lo que cuando esto pasa estamos frente a una evidente expresión de negativa de participación en la experimentación.   El problema que tiene la ciencia entonces es claro: no queremos frustrar nuestras expectativas considerando a los animales moralmente relevantes en la investigación ya que la totalidad de ellos se negarían a participar en experimentos invasivos o dolorosos ya que aunque reñido con sus intereses, prometen beneficios para el ser humano.  

Con lo anterior como premisa, el hombre entonces tiene una responsabilidad moral hacia los animales ya que al ser un ser racional, es capaz de modificar el mundo intencionalmente y por lo tanto puede perjudicar o beneficiar a su misma especie tanto como a otras.  La experimentación con animales no puede ser arbitraria ni puede estar sujeta a los caprichos del investigador.  Los animales son seres sensibles, dotados de un sistema nervioso central  por lo que merecen consideración.  La experimentación con animales debe ser regulada y proteger a los débiles,  tal y como se realiza al exponer seres humanos a la investigación que son considerados vulnerables.    

Debido a que el marco legal no es suficiente para sostener la investigación con animales y es imposible obtener un consentimiento informado por parte de los animales, el refinamiento de las técnicas de sedación, analgesia y anestesia se hacen necesarias para un fin relevante en la investigación con animales. 

La discusión moral y ética es un proceso activo que ha venido originando cambios a lo largo de los años.  En cuanto al uso de animales en la experimentación y la docencia, los defensores de los animales atacan la investigación por causar sufrimiento a  los mismos y los científicos descansan en el paradigma ideológico antropocéntrico de la superioridad d moral del ser humano por lo que justifica el uso de animales.  El hecho de considerar a los seres humanos como “superiores” a los animales es una premisa insuficiente para justificar la explotación y el abandono moral al que puedan ser sometidos.  Es por lo anterior que en el caso de la experimentación con animales, la investigación debe regirse por los mismos parámetros que se usan para regir los procedimientos hechos con seres humanos:
a)     Protección del débil frente al fuerte.
b)     Ampliación de la discusión bioética por parte de la comunidad  para considerar a los animales ya que la moral del ser humano implica responsabilidad para con los mismos y no confiere una licencia para su explotación inhumanitaria.



V.             Sección de análisis:

1.     Enumere y comente ¿Cuáles son los principio bioéticos que deben regir la experimentación y por qué son considerados importantes específicamente en la experimentación con animales?
2.     Comente en general cómo considera que cada una de las R´s de la experimentación con animales descrita en el documento, ha contribuido a la experimentación y a la docencia.
3.     Comente qué problemas éticos trae el uso de animales en investigación. 







Bibliografía:
·         http://www.derechoanimal.info/images/pdf/FABIOLA-LEYTON-experimentacion-con-animales.pdf
·         Aristóteles: Acerca del Alma. Ed. Gredos, Madrid, 1988.
·         Matfield, Mark: “Animal experimentation: the continuing debate”. En Nature Reviews, Vol. I,
·         149-152: 2002.
·         Editorial “Marching for Science”. Nature Neuroscience, 12, 523: 2009.
·         Rollin, Bernard: “Animal research: a moral science. Talking Point on the use of animals in
·         scientific research”. En EMBO Reports Nº8, 6, 521-525: 2007.
·         Sapontzis, S. F.: Morals, Reason and Animals. Temple University Press, Philadelphia,
·         1987.
·         Singer, Peter: Liberación Animal. Ed. Trotta, Madrid, 1999.