Monday, April 23, 2012

Primer Taller Virtual Animales y la Investigación


CEUCA – UVG

Taller virtual ANIMALES y LA INVESTIGACIÓN  
MV Vanessa Granados
Colegiado 997 


Introducción: EL CEUCA - UVG es el Comité de Ética, Uso y Cuidado Animal de la Universidad del Valle de Guatemala.  Este comité empezó a funcionar en el año 2010 y gracias a sus esfuerzos ha logrado la revisión, el apoyo y la aprobación de protocolos de investigación y docencia que justifican el uso de animales.  El comité cuenta con miembros evaluadores que realizan las revisiones bajo el punto de vista de la ética en la investigación.

El siguiente es el primer taller sobre el uso y cuidado ético de los animales en experimentación. El cuál está destinado a evaluadores, investigadores, docente y alumnos que trabajen con los mismos. Pretende el avance de nuestra comunidad educativa sobre los procedimientos éticos, adecuados a cada especie y actuales sobre el uso de animales en la investigación.

Instrucciones: El primer taller consta de 4 secciones en donde se resume a través del tiempo como han sido vistos los animales dentro de la investigación. Nos trata de dar un idea del por qué es necesario la consideración ética de los animales dentro de protocolos de investigación. Cada sección cuenta con preguntas de análisis.  Si usted requiere completar este entrenamiento, en un documento de Word sírvase  contestar las preguntas de cada sección del taller y enviarlas a la dirección vanevet77@gmail.com con sus datos y nombre completo para poder ser evaluado por el CEUCA - UVG y brindarle un certificado que conste que tomó y completó el primer entrenamiento de ética en el uso y cuidado animal para la experimentación.

TALLER VIRTUAL CEUCA - UVG LOS ANIMALES Y LA INVESTIGACIÓN. 

Obtenido de la publicación de Nell Kriesberg de la división de estudios multidisciplinarios de la Universidad de North Carolina, Estados Unidos.
I. Los animales como herramientas en la investigación: 

Fue en 1955 con la publicación del documento “Principios éticos de la técnica experimental” de W.M.S Russell y R.L Burch que se dio un vuelco a la forma como se valoran a los animales dentro de la investigación.  Antes de dicha publicación la mayoría de argumentos se basaban sobre el entendimiento que los animales son objetos al servicio de los humanos y por ende al servicio de la ciencia.  Los dos autores en cuestión, por medio de su controversial publicación, realizaron un cambio hacia el lado científico más que de lado filosófico sobre la forma de valorar el uso de animales para la investigación científica.   

Russel y Burch consideraron al animal como una herramienta de investigación y se preguntaron cómo podemos ser más sensibles para con dichas herramientas, las cuales utilizamos como modelos confiables dentro de nuestras investigaciones y cómo podemos asegurarnos de ser moralmente responsables y a la vez generar un conocimiento satisfactorio y válido al usar especies animales.  El conflicto sobre estas preguntas casi desaparece al considerar la noción ampliamente aceptada que el tratamiento humano que se les brinde a los animales de experimentación, más que ser un obstáculo es un prerrequisito para obtener éxito en los experimentos que justifiquen el uso de los mismos. 

A través de los años y con el avance del conocimiento científico, se ha ido incrementando la sensibilidad del tema sobre el uso de animales en la investigación.  Fue con el cambio político que antiguamente era ocupado por la iglesia a uno secular,  que los animales pasaron de ser solamente propiedad y una necesidad para el consumo, a ser vistos como  herramientas que podían ser usadas para encontrar soluciones a problemas de salud que aquejaban a los seres humanos.

En el famoso libro de Bruce A. Fuch, el autor del capítulo que trata sobre el uso de animales como sujetos en la investigación, nos presenta un dilema sobre la valoración de un ratón y de un tubo de ensayo como materiales de laboratorio. Nos pone a pensar sobre las diferentes reacciones que un investigador podría tener al entrar al laboratorio y destruir un tubo de ensayo, destruir un ratón, o incluso un cultivo de células en una placa de Petri.  Nos hace también pensar cómo sería la reacción del investigador si se tratara de su propio ratón.  Con estas cuestionantes, Fuch nos plantea varias distinciones ya que todos los materiales listados o inventariados en un protocolo de investigación,  no son necesariamente un ser vivo con sistema nervioso central y capaz de reaccionar estímulos. Esto  trae consigo un componente moral al ser considerado para ser usado dentro del protocolo. 

Cuando se planea un procedimiento quirúrgico en un animal de laboratorio, se debe considerar qué tipo de anestesia es la más recomendada para la especie, cuál es la dosis que se debe de usar, entre otras. Estas decisiones son tomadas en base al juicio profesional  de personas entrenadas para este fin, las regulaciones del país y de la institución, así como aspectos morales de trato ético al animal según las normas que rigen la bioética en el uso de animales en experimentos.  Sin embargo, en el siglo 19 habían pocas herramientas que los investigadores podían usar para sus experimentos.  Las ciencias de la fisiología estaban apenas iniciando y no sabíamos todo lo que conocemos ahora gracias a la investigación con animales.   El consenso moral que se manejaba a principios del siglo 19 es que las necesidades humanas son más importantes que las de los animales.  Actualmente, con el rápido incremento del conocimiento científico y la tecnología, nuestras opciones han evolucionado y se han vuelto mucho más complejas.  Hoy,  tanto científicos y profesionales de la ética están trabajando para sentar las bases de la ética y las necesidades de una conducta responsable en las investigaciones. 

La historia de los sujetos animales dentro de la investigación científica ha seguido un patrón paralelo a los patrones de la sociedad.  Por ejemplo, en los años 50 durante la lucha por aislar el patógeno causante de la Polio para crear una vacuna, casi un millón de monos fueron sacrificados tanto en el transporte como en la experimentación.  En un esfuerzo por salvar a los monos debido a su alto valor económico, y con el fin de incrementar la productividad, los investigadores empezaron a remplazar estos monos con medios de cultivo para hacer crecer células infectadas con el virus en el laboratorio.  Demostrando que tanto los aspectos económicos, morales, sociales ayudan a empujar la búsqueda de nuevas alternativas y nueva tecnología para lograr un propósito científico. 

Otra señal de cambio ha sido el Instituto de bienestar animal fundado en 1951 por Cristine Stevens, con el fin de trabajar con investigadores, activistas de los derechos de los animales y ambientalistas para encontrar soluciones a la problemática y buscar alternativas convenientes para todos los grupos en el tema de ética en el uso de animales para la investigación y en el laboratorio.  

El dilema sobre el correcto uso de animales en el laboratorio es un tema de discusión antiguo y actual. Hay quienes ven a los animales como uno más de la lista de materiales y métodos dentro de una investigación los cuales merecen un trato ético sobretodo de forma indirecta, y hay otros que consideran la naturaleza digna de protección y de derechos que garanticen su bienestar sin importar que tan beneficiosos sean los estudios que se realicen en ellos para el conocimiento científico o la humanidad.  Estas dos posiciones extremas y contrarias sobre la valoración de los animales en la investigación, ha traído como consecuencia el surgimiento de la tendencia denominada “troubled middle” o “El medio problemático”  que trata de tomar estas dos fuentes de pensamiento para encontrar la alternativa que considere de manera moral  y la valoración del costo – beneficio. 

·         Preguntas de la sección I (Los animales como herramientas en la investigación):
1.       Piense sobre la cuestionante de Fuch… Si alguien entra en el laboratorio y destruye “un tubo de ensayo” vrs. La destrucción de “un ratón de laboratorio”, ¿Sería su reacción diferente y por qué?
a.  Aparte de lo obvio sobre el hecho que los animales son capaces de sentir dolor, ¿por qué cree Ud. que algunas personas tienen diferentes reacciones a esta cuestión? ¿Cuáles cree Ud. son las causas o razones para estas diferencias?
b.  Explique si su reacción sería diferente si el animal usado para la investigación fuese un perro, un gato, un cerdo,  moscas de la fruta…


II.                    La investigación científica antigua y el rol de los animales

En esta sección se intenta resumir la reseña histórica sobre el uso de animales durante los últimos 500 años en la ciencia.  Como se podrá hacer evidente el diálogo y el espectro de las opiniones han cambiado, no se han detenido.  

En la antigua Roma Galeno (129 – 199 AD) describió partes de la anatomía humana usando monos y cerdos ya que concluyó que estos animales podrían ser análogos al cuerpo humano. En la edad media, ya que la iglesia condenaba el uso de cadáveres humanos para la disección, se usaron animales muertos para este fin.  El contexto de investigación se realizaba en base a examinar el orden de la creación de Dios.

Antes del año 1500, la sociedad era esencialmente agraria. Los animales eran parte importante y fundamental de las actividades familiares cotidianas.  El mundo era experimentado como un lugar sagrado. La ciencias naturales eran estudiadas en base a la filosofía y los estudiosos de la ciencia por ende, eran sobretodo sacerdotes o religiosos ya que estudiaban la creación de Dios. Al mismo tiempo, los animales son vistos como propiedad incluso ligados al estatus social de las familias o personas.

Los animales formaban parte importante de la comunidad ya que sus integrantes usaban sus productos y eran considerados parte de un orden divino donde las personas se encontraban en el centro.  La investigación del mundo natural se hacía básicamente por medio de la observación. Fue hasta los años 1800’s  que el método científico consistió en un meticuloso reporte de la observación directa del mundo natural.  Los científicos naturalistas de esta época se encontraban particularmente interesados en no imponerse sobre su trabajo de observación, creían a su vez que su responsabilidad era reportar lo que observaban ofreciendo  datos verídicos que constituían en interpretaciones racionales de sus observaciones.

Fue en el siglo 15 que se sucedieron varios cambios en nuestra percepción del mundo natural.  Copérnico y Galileo por ejemplo, empezaron cambiando el paradigma demostrando a través de datos observacionales el hecho que la tierra se mueve alrededor del sol y no es esta el centro del universo como se creía hasta entonces.  Concluyeron que la tierra, y por ende sus habitantes, eran parte de un sistema mucho más grande dentro del universo.  Este descubrimiento sacudió enormemente la idea que tenía la iglesia sobre el planeta tierra y el lugar del poder divino en la creación.  Mientras continuaba la investigación sobre el mundo natural, fue vista menos como una actividad devota sino más bien una actividad que pretendía utilizar el razonamiento y la inteligencia humana para encontrarle sentido a diferentes aspectos del mundo natural con el fin de mejorar la situación humana. 

Versalius (1514 – 1564) revivió la antigua práctica de disección de cadáveres humanos para entender la anatomía y fisiología humana. Realizó demostraciones públicas usando cadáveres caninos. Harvey (1578 -1657) investigó sobre la circulación, la respiración y la presión sanguínea haciendo demostraciones públicas usando venados vivos.  Se tenía desde ya la creencia que el sistema biológico humano podría ser estudiado usando el de otra especie, ya que se podía entender claramente que los animales poseían huesos,  sangre, etc. Además los mismos caminaban, dormían, comían y se reproducían al igual que los humanos.   

En los años 1600, Bacon (1561 – 1626) introdujo la inducción como método experimental, separando más el estudio de la ciencia de la metafísica y la filosofía.  Descartes (1596 – 1650) continúo esta tendencia separando el cuerpo físico de la mente.  Argumentaba que solo la mente poseía alma.  Muchos de los científicos de esta era, trataron de reconciliar a la religión con la nueva forma de hacer ciencia; y aunque el argumento de contar o no con alma no fue el eje principal de la ciencia, rechazar el rol de Dios en la creación era inaceptable.  La solución a esto fue separar completamente la ciencia de la religión, dándoles desde ya a los científicos la fama de no religiosos o incluso anti religiosos.  Desde este tiempo la idea de usar animales ya era familiar y aceptada. Incluso en la Biblia se documenta el uso y el sacrificio de animales para el bienestar de los seres humanos.

Prácticamente, vivir sin el uso de animales hubiese sido imposible ya que ellos constituían en un 100% las fuentes de comida, vestido y trabajo de la tierra. Así que el punto en el uso de animales no era si el animal sufría dolor. Incluso el uso de anestésicos todavía no era conocido y el dolor físico constituía una parte cotidiana de la vida tanto para los animales como para los humanos. 

El dilema se basó en reconocer que se necesitó de infligir dolor en mayor o menor grado en algunos animales usados para la investigación, con el fin de entender aspectos de la biología y avanzar en el conocimiento del mundo natural. Descartes sostenía que si los animales eran incapaces de raciocinio y sin embargo capaces de sufrir dolor, su capacidad de entender el dolor no podía ser la misma que la del ser humano.  Para Descartes, la ausencia de razón los ponía en una desventaja contra los seres humanos.  En este tiempo, el argumento sobre si los animales cuentan o no con alma fue la solución al dilema. Se concluyó que si solamente los seres racionales cuentan con alma, los animales a pesar de tener la capacidad de sentir dolor, no pueden ser considerados de la misma manera que es considerado el dolor humano. Como es obvio, para Descartes no era el cuerpo lo que distingue a los hombres de los animales ya que en este plano son bastante similares en cuanto a anatomía y fisiología. Lo que el consideraba que  define esta diferencia es la mente y la consecuente presencia de alma como el punto que los separa. 

Esta solución, sobre la dualidad de la mente y el alma separadas totalmente del cuerpo, vino a ofrecer una solución en la ciencia de la época.  La iglesia pudo continuar ejerciendo su rol establecido dentro de la sociedad.  Sin embargo, es aquí donde inicia el conflicto entre la religión y el eje del poder social.  Esta tensión entre el lugar donde debía residirse el poder en la sociedades es todavía un tema de controversia en las sociedades actuales. La separación de la iglesia y el estado dejaron un espacio para la investigación científica y dieron paso a que los animales fuesen vistos como organismos biológicos desencadenando el estudio de la medicina veterinaria.

Durante la revolución científica, mientras las leyes universales remplazaban las anteriores, la importancia puesta sobre el individuo a la experiencia subjetiva ya no tenían tanta importancia como ver como una persona (o un animal) cabía en el gran panorama de las cosas.  La ciencia se preocupó por ser objetiva y las leyes de la ciencia iban por encima de las del individuo. El filósofo escosés David Hume (1711-1776) estaba en desacuerdo con el pensamiento cartesiano que indicaba que los animales no eran capaces de razonar. Hume le atribuyó raciocinio, o al menos la capacidad de razonar a algunos animales bajo la noción de los humanos tanto como los animales cabíamos dentro del esquema de naturaleza.  Basó sus observaciones en la evidencia de la adaptabilidad de varios animales en la búsqueda de comida, las estrategias ingeniosas que utilizan para conseguirla e incluso el uso de herramientas.

La época de los años 1700 fue un período donde la biología empieza a florecer como un estudio formal, con un énfasis en el estudio de las bases de la misma. Contribuyó al entendimiento que el mundo natural podía ser visto y examinado racionalmente. Basándose en los estudios anteriores de Bacon, Magendie (1783-1835) estableció la fisiología moderna descubriendo la funcionalidad asociada de los órganos del cuerpo. Su estudiante Bernard (1813-1878) es conocido como el padre de la fisiología experimental y propuso que un experimento válido es aquel donde solo un parámetro a la vez puede ser cambiado para su estudio. Consideró que solo de esta manera resultados objetivos podrían ser alcanzados.

El objetivo de Bernard fue hacer que el entendimiento de la biología se hiciera de la mano del entendimiento de la química, la física y la matemática. Enfatizó en el equilibrio dinámico del cuerpo, ya sea humano o animal, llamando esta energía la “fuerza vital” e insistiendo que para entender los fenómenos biológicos se necesitaba hacer investigación en los organismos en su estado natural, es decir vivos. De esta manera si se desea estudiar las condiciones exactas de las manifestaciones biológicas del cuerpo, debemos observar en su interior.

Dos contemporáneos de Bernard: Pasteur (1822-1986) y Koch (1847 – 1910) gracias a los descubrimientos recientes en su época, fueron capaces de aislar causas de enfermedades y lograron eficazmente efectuar curas basadas en datos científicos. El hecho que estas curas funcionaban, logró una revelación que no puede ser ignorada.  Fue una prueba fehaciente que aplicar los principios científicos funcionaba. Una estadística que apoya este hecho es que en la Inglaterra victoriana la expectativa de vida era 42 años de edad y mientras la ciencia empezó a avanzar, las condiciones de vida de muchos tuvo una gran mejora y el público empezó a creer y avocarse a la ciencia.

En 1847, William Morton descubrió la propiedad del éter como agente anestésico. No todos los investigadores utilizaron este descubrimiento en sus vivisecciones, logró que las mismas fuesen vistas de mejor manera por el público.  Las técnicas quirúrgicas pudieron ser mejoradas ya que los animales sufrían menos, por lo que el uso de animales en la investigación médica y científica tomó un gran auge.

Fue el triunfo en la bacteriología, la inmunología y la farmacología lo que nos otorgó herramientas de poder sin precedentes y que al final otorgaron pruebas convincentes del uso práctico de la vivisección como método de investigación.  Con estos descubrimientos, de repente los problemas humanos médicos podrían ser resueltos y esto contribuyó a la idea que los humanos poseen un dominio justificado sobre los animales y pueden usarlos como herramientas en la investigación.  Esta visión ha continuado sin cambio desde que los animales fueron usados para otros propósitos más que comida y vestido.  Pareció lógica la extensión de la idea que domesticar animales para el uso humano era casi lo mismo al hecho que un científico tuviera animales para la investigación.

Preguntas de la sección La investigación científica antigua y el rol de los animales
1.       ¿Cuál es la diferencia entre la habilidad de sentir dolor y la habilidad de sufrir? ¿Está Ud. de acuerdo con esta distinción y por qué?
2.       ¿Qué estrategias puede usar un investigador para reducir el dolor en los animales? ¿Es posible prevenir a los animales de investigación de sufrir estrés o dolor?


III.                  La revolución Darwiniana y la creciente compleja naturaleza del problema 

Aunque la opinión general es que los animales están al servicio de los humanos, hubo oposición a la vivisección durante el tiempo de Magendi y Bernard. En Francia, autores como Víctor Hugo y Voltaire fueron bastante críticos sobre el tema de investigación con animales. Al mismo tiempo durante esta  época se volvió más pronunciado el movimiento artístico y romántico como forma de contraponerse a la corriente más objetiva de la nueva forma de hacer ciencia.  

Mientras la sociedad de la época se debatía sobre el rol de los animales y los experimentos de la llamada “nueva ciencia”, también lo hacían los científicos. Pasteur por ejemplo, reportó no sentirse cómodo con el uso de animales en la experimentación y muy raramente realizó vivisecciones. Los científicos ingleses demostraron horror sobre los experimentos y demostraciones públicas de algunos científicos franceses realizados en animales no anestesiados. Para ese entonces Gran Bretaña había ya empezado a discutir la moralidad del ser humano en el trato con los animales y fue en 1821 que se aprobó la primera ley que protegía el bienestar de los caballos. Con el incremento de los descubrimientos científicos se dio un avance en el pensamiento ético en Gran Bretaña y se empezó a tratar de encontrar sentido y reconciliar los nuevos descubrimientos con el pensamiento tradicional.  El doctor y filósofo John Locke (1632 – 1704) estudió animales y concluyó que hacerlos sufrir era inmoral.  David Hume (1711 – 1776) y Jeremy Bentham (1748 – 1832) refutó la posición cartesiana que visualizaba a los animales como puramente cuerpos mecánicos. Los dos vieron en los animales similitudes básicas con los seres humanos.  Bentham expresó en una frase que incentivó el movimiento de protección animal  lo siguiente: “la pregunta no es si pueden razonar, o si pueden hablar. La pregunta es ¿pueden sufrir?” Esta distinción fue crucial para diferenciar la cuestión moral durante este tiempo, ya que cambió de interés en la cuestión de la habilidad de razonar a la habilidad de sentir.

 Las investigaciones siempre  han traído consigo mensajes de advertencia, las cuales nos hacen reflexionar sobre las dificultades éticas y los dilemas que son revelados en los actos de descubrimiento y la responsabilidad de que conllevan sus beneficios.

La publicación de Charles Darwin en 1859 sobre “El Origen de las Especies” causó un revuelo similar al causado por Copérnico y Newton anteriormente. Los descubrimientos de Darwin hacían ver que las diferencias entre humanos y animales eran menores que las originalmente estimábamos. Esta revelación ayudó a aumentar la separación entre el mundo secular y la iglesia aún más. Según los estudios de Darwin, si los animales se encuentran estrechamente relacionados a nosotros en la conformación del sistema nervioso, el concepto del sufrimiento y del dolor animal necesitaba ser visto de otra manera.  Pero fue hasta la publicación de Darwin sobre la teoría de la evolución, específicamente en “Los orígenes del hombre” que nos enteramos que las diferencias entre animales y el hombre eran básicamente de grado y no de tipo. Su trabajo entonces implica el hecho que los animales no solamente son capaces de sufrir, sino que su sufrimiento era moralmente significante.

Un resultado del trabajo de Darwin fue un incremento en el estudio con animales, en particular sobre comportamiento animal, con la idea de entender el mismo en base al entendimiento del comportamiento humano.  Los animales se convirtieron más valiosos sobre todo cuando los resultados de los experimentos podrían ser extrapolados a los seres humanos. George Romanes, en 1881, notó la habilidad de algunos animales de realizar una decisión indicando el nivel de conciencia sobre sus actos que era otra cosa que un mero acto de instinto.  Romanes concluyó que el aprendizaje permite medir los niveles de conciencia.

El psicólogo ruso Ivan Pavlov (1849 – 1936), es conocido por su trabajo pionero en psicología usando al perro como modelo.  Pavlov no solo revolucionó la psicología conductual sino también fue uno de los primeros científicos que se encargó del cuidado de los sujetos animales durante su experimentación.  El apoyo gubernamental que recibió Pavlov lo ayudó a realizar sus estudios en animales. Típicamente los países Europeos no financiaban trabajos extensos de investigación, pero esto cambió al introducirse la rata y el ratón de laboratorio dentro de las prácticas de investigación.  Fue hasta el año 1860 que la rata empezó su larga carrera como animal de laboratorio y provee un ejemplo de cómo la domesticación fue realizada casi enteramente con propósitos científicos.

 Muchos científicos que emigraron a los Estados Unidos en respuesta al crecimiento científico en sus países de origen y debido a la industrialización que estaba siendo alcanzada en países del nuevo mundo.  Para el año 1876, la Universidad de John Hopkins y la Universidad de Harvard fueron fundadas en Estados Unidos y se convirtieron en uno de los más grandes centros para la investigación científica. La rata de laboratorio se convirtió en el modelo biológico más usado gracias a su bajo valor económico, la facilidad de su manejo, a su tamaño que hace que su alimentación y alojamiento sean mínimo y a la rápida reproducción que presentan. La experimentación con animales formaba ya parte del establecimiento general de las ciencias como estudio.   La domesticación de la rata como una herramienta vino a sentar un precedente en cuanto al uso de animales en la experimentación se refiere.

Preguntas de la sección: La revolución Darwiniana y la creciente compleja naturaleza del problema 
1.       Como resultado de recientes estudios evolutivos, resulta que los seres humanos estamos más cerca evolutivamente de los perros que de los gatos. Considerando lo anterior: ¿Los perros deben de ser considerados con una mayor ética y moral que los gatos en la experimentación?
2.       Se le pide la eutanasia de un animal destinado para la experimentación.  ¿En cuál de los siguientes animales consideraría Ud. más “fácil” realizar una eutanasia y por qué?
a.       Un conejo o una rata
b.      Un gato o un perro
c.       Una rata o un cerdo
d.      Un perro o un chimpancé
e.      Un ratón o una rata
3.       Escriba en orden los animales de la pregunta anterior (#2) de acuerdo a que animales considera más fácil a más difícil de realizarles la eutanasia.



IV.     Sujetos animales en la investigación: simples herramientas, complejos modelos de experimentación o poblaciones vulnerables

Como el descubrimiento científico nos llevó con rapidez en el último siglo a solucionar problemas médicos y la calidad de vida incrementó grandemente gracias a las medidas de salud pública, también se incrementó el apoyo gubernamental a las investigaciones y a los profesionales de la ciencia.  El tratado de 1876 firmado en Gran Bretaña contra la crueldad hacia los animales fue el primer intento sobre legalizar la regulación del uso de animales; el registro de animales para la investigación se volvió obligatorio y aumentó de 311 en 1880 a 95,000 para el año 1910.  El uso de anestesia en los animales aumentó y parecía que la experimentación con los mismos tenía más relación con las aplicaciones directas del beneficio al ser humano, el público en general apoyaba el uso de animales en la experimentación.

El uso de animales como sujetos en la experimentación continuó para los años 40 y 50, especialmente en Estados Unidos ya que hubo recursos puestos a la disposición del adelanto científico.  Como resultado el mercado sufrió un cambio ya que debido a la demanda de nuevos productos, más y más animales fueron usados para estudios de toxicología. Otro cambio importante fue que muchas personas vivían ahora en las urbes por lo que la relación con animales como los perros y los gatos se hizo más frecuente que como por ejemplo los caballos, las vacas y los cerdos.  En 1952 Christine Stevens fundó la Asociación AWI (Animal Welfare Institute) y aunque su primera misión fue buscar el descontinuar el uso de animales como perros y gatos callejeros para la investigación, en un período corto de tiempo el interés de la institución cambió hacia favorecer un mejor nivel en la calidad de la tenencia de animales en laboratorios de experimentación. 

Durante los años 60, 70 y 80 se suscitaron extensos debates sobre el uso de animales en la investigación. Leyes sobre el uso de animales en el laboratorio fueron escritas en Estados Unidos para proteger a los animales tanto en la ciencia como en la agricultura. El foco central fue la regulación de la venta de animales a los laboratorios y una serie de enmiendas a que contemplaban el uso de anestesia y el establecimiento de comités institucionales de uso y cuidado animal.  Junto con este aumento de legislación, a finales del siglo XX se vio un aumento en el uso de alternativas que sustituían el uso de animales o incluso del animal completo.  En 1950 George Guy en la Universidad de Hopkins, desarrolló el primer cultivo celular in vitro para uso práctico y fue en 1959 que se publicó formalmente en revistas científicas el principio de las tres R como REEMPLAZO, REDUCCIÓN Y REFINAMIENTO en el uso de animales para la investigación.  Fue a finales de este siglo,  que tanto los científicos como el público en general mostraron preocupación por el trato de los animales.  Así como durante las vivisecciones realizadas en Francia comprobaron desde hace tiempo que los animales contaban con un sistema nervioso sensible al dolor. Etólogos de esta era pudieron demostrar que los animales también tienen vidas internas y esto se sumó a las discusiones filosóficas sobre el trato ético hacia los mismos.

Existen otros factores que vinieron a jugar un papel importante en esta cuestión y contribuyeron a la complejidad del debate.  En términos de contexto social, había mucho menos contacto entre las personas  y los animales ya que las sociedades eran predominantemente urbanas. La compra de productos de origen animal se hacía entonces en formas pre empacadas en supermercados y las mascotas como los perros empezaron a ser considerados más como miembros de la familia que como  sujetos para el trabajo.  El desarrollo de la medicina veterinaria como profesión, contribuyó a esta forma de visualizar a las mascotas ya que el veterinario no solo podía tratar animales de granja sino también especializarse en animales de compañía.  Esta forma de visualizar el rol de los animales, inició de nuevo el debate sobre el rol de los animales en la investigación.  Se considera que la investigación con animales debe de justificar su uso en cuanto a los resultados. Como resultado se iniciaron los estudios de costo – beneficio para la realización de investigaciones con animales.

Singer tomó la posición de Bentham incluso más adelante diciendo que era inmoral poner las necesidades humanas por encima de necesidades de otras especies. Debido a que los animales pueden sufrir, merecen una igual consideración moral en la disminución de su sufrimiento.  Tom Regan tomó el concepto de otra manera, diciendo que el punto clave es el principio del valor inherente de un animal en sí.  Por consiguiente, deben ser considerados moralmente no como medios para un fin o como herramientas, sino más bien como un fin en sí mismos.

Durante este mismo período, los científicos empezaron a cuestionar el uso apropiado de los animales en la investigación. De manera que las técnicas experimentas se volvían más sofisticadas, se empezaron a usar protocolos  en donde se consideraba el estado interno del animal y cómo la alteración de los parámetros internos podía afectar los resultados de la investigación.  De esta manera se empezaron a considerar con más detalle los ambientes de alojamiento de animales, poniéndose especial atención en el cuidado animal y la disminución del estrés.

El énfasis que puso Darwin en las diferencias individuales en un grupo o variabilidad genética en las especies fue considerado en el laboratorio ya que cada individuo puede reaccionar diferente ante un estímulo.  Los animales eran principalmente utilizados por 3 motivos en particular: para producir productos biológicos, como centinelas biológicos en estudios toxicológicos o como sistemas biológicos para estudios médicos y farmacológicos.  Para cada uno de estos estudios se necesitaba un animal que respondiera en alguna manera específica y repetible. Por esta razón, las consideraciones de mantenimiento deben proveer un ambiente estable manteniendo la homeostasis del animal, lo cual se convierte en clave para el éxito de estos procedimientos.

Para elegir el animal indicado para cada experimento o investigación en particular, el trabajo de Darwin también se hace relevante.  Cuando se hace necesario escoger un animal como modelo pare el estudio, es importante considerar el grado de generalización de los datos que se obtienen.  La forma en que dichos resultados pueden ser extrapolados a otras especies basándose en su homología.  Es decir, a la similitud evolutiva entre las estructuras morfológicas y la fisiología de la especie.  Beyen y Hau hacen notar que extremo cuidado debe ser puesto al extrapolar resultados de un experimento conducido en especies animales al ser humano.  Indican que los resultados deben ser verificados en sujetos humanos.  Además desde los años 80, justificadas preocupaciones sobre la pérdida de hábitat y la extinción de especies han ido en aumento.

Tanto los filósofos como los científicos han sostenido extensas discusiones sobre los dilemas de la utilización de animales en la investigación. En 1990 El “Hasting Center”, una institución experimental que se dedica a tratar problemas éticos en el campo de la biología, medicina y las ciencias sociales y conductuales, publicó un reporte que tomó 2 años en realizar llamado “Animales, Ciencia y Ética” donde se cubren temas de ética, legislación, comités institucionales de ética y uso animal. Tradicionalmente Hasting Center se había enfocado a discutir el uso de sujetos humanos en la investigación.

En mayo de 1998, el ACLAM (American College of Laboratory Animal Medicine) publicó un simposio en donde se discutió ampliamente en uso de primates en la investigación espacial con el fin de proteger a las especies animales y realizar legislación efectiva para garantizar su protección.

Recientemente,  Adil E. Shamoo y David B. Resnik han publicado libros en donde se discute el tema de las tres R y proponen una cuarta “R” que significa RELEVANCIA.  Los protocolos de investigación que utilicen animales deben de responder preguntas que tengan relevancia científica, médica o social.  Todos los riesgos y daños que se puedan suscitar en animales deben ser considerados contra los beneficios reales obtenidos para el hombre y para los mismos animales. También consideraran importante incluir una quinta “R” para REDUNDANCIA: Es decir,  evitar  en todas las maneras posibles la redundancia en la experimentación con animales. Se hace necesario que el investigador se asegure que el experimento no ha sido realizado anteriormente o proveer justificación para repetir el proyecto.  Una  sexta “R” ha sido considerada la cual involucra REGULACIONES.  De manera que se incluyan leyes, procedimientos y regulaciones que permitan un control adecuado para cualquiera que use animales para sus estudios científicos.

Deborah R. Barnbaum y Michael Byron consideran que ya que los animales no son capaces de dar su aprobación sobre su participación en protocolos de investigación como lo hacen los humanos, es muy probable que no estuvieran de acuerdo con ser usados dado que casi siempre sufren daños o estrés en estos procedimientos.  Consideran que si los animales son lo suficientemente similares a los seres humanos como para extrapolar los resultados de experimentación a estos últimos, entonces cuestiones de índole moral son aplicables. También incluyen la inherente necesidad del uso responsable de los recursos y el ambiente.  Esta es una muy diferente manera de ver a los animales como un objeto más listado en los materiales y métodos de un protocolo. 

La cuestión ahora no es si pueden sentir dolor, o si pueden sufrir. La cuestión si podemos o no causarles daño. En efecto, podemos causarles daño, dolor y estrés al hacer un mal uso de los mismos. Incluso con instrumentarlos ignorando la correcta manipulación o considerando su integridad física. Es por esta razón que nuestra relación moral con sujetos no humanos tiene una justificación en cuanto al valor de la justicia.

Otra de las preguntas que han surgido es como definimos la “integridad de la investigación”.  La más moderna definición de esta integridad en cuanto al uso de animales, es considerarlos no como una herramienta o instrumento para nuestro uso, sino más bien como individuos de poblaciones vulnerables e incluso en riesgo.  Si decidimos usarlos en la investigación, deben de estar protegidos de tal manera que se garantice su integridad física e individual, así como la del ambiente donde habitan. 

Preguntas de la sección: Sujetos animales en la investigación: simples herramientas, complejos modelos de experimentación o poblaciones vulnerables
1.        Stachan Donnelly del Hastings Center empleó el término “TROUBLED MIDDLE” que se puede traducir a “el medio problemático” para investigadores que utilicen animales en sus estudios. ¿Qué quiere decir este término para usted?
2.      Si usted como investigador fuera a usar una especie en peligro de extinción, que le preocuparía más: Que estén en peligro de extinción o su nivel evolutivo.  Si los primates fuesen tratados ética y humanamente, ¿Tendría usted problema con usarlos? Como investigador, explique cómo el  tema de su investigación influiría este tipo de decisiones.


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